Debido a la falta de luz eléctrica que padecen cuatro millones de mexicanos, ocho ingenieros de la Facultad de Ingeniería de la UNAM crearon la empresa socialmente responsable Iluméxico, cuyo objetivo es electrificar comunidades marginadas. Iluméxico surgió hace dos años con la creación de Prometeo, un sistema que capta la energía solar con un panel de celdas fotovoltaicas y la deriva en una batería que permite mantener encendidas dos lámparas LED toda la noche.
Este mecanismo que ha logrado iluminar 55 casas tiene un costo menor a 2,000 pesos y lo venden con un plazo de financiamiento de un año. La firma está en pláticas con una microfinanciera para potenciar la venta de los dispositivos que financia con recursos propios.
Para Manuel Wiechers (23 años), director comercial, y Gerardo Ruiz de Teresa (25 años), director de operaciones de Iluméxico, el camino ha sido duro, pero su objetivo es "dejar de vivir de nuestras becas", dice Wiechers.
Hasta ahora, la empresa ha invertido más de 611,000 pesos, los cuales obtuvieron al ganar en distintos premios sobre innovación. El más cuantioso (500,000 pesos) lo recibieron en febrero de 2010 por parte del Banco Santander.
La empresa ha logrado recuperar la mitad de su inversión y trabaja en un nuevo sistema que, además de iluminar, permitirá conectar tres aparatos electrodomésticos.
Iluméxico tiene un gran objetivo: iluminar más de 640,000 viviendas en México, que multiplicadas por el costo del sistema Prometeo, significa un monto de 1,300 millones de pesos, señala Wiechers, quien quiere quedarse con 5% de este mercado que vive en comunidades indígenas de alta marginación, según el INEGI.
El mercado de iluminación rural crece entre 15 y 20% al año, explica Francisco Solís, director comercial de Conermex, uno de los principales proveedores de Iluméxico.
Hay luz en el camino de Iluméxico. "Mientras el gobierno no responda a esa necesidad, es un proyecto sustentable", dice Lila Petersen, directora para América Latina de Insight Access, una empresa con la que Iluméxico trabaja la electrificación de un fraccionamiento de más de 50 casas.
Además de electrificar hogares, la compañía ha trabajado en proyectos de iluminación urbana en Chiapas y San Miguel de Allende. Pero su mayor reto seguirá siendo el mismo: romper la barrera para llevar electricidad a las zonas rurales donde el poder adquisitivo es muy bajo.